lunes

Cadáver exquisito

Cruzó la calle ladeándose levemente hacia su costado derecho.
Despertó a la medianoche.
El tiempo, el infinito, el cosmos; un gran laberinto.
Se olvidó completamente del devenir, del destino. Ya no hay nada, pensó. Y sin embargo se quedó allí sentado, esperando que, de cualquier manera y pese a todo, sucediera algo.
Aquella persona tan sabia, tan sofisticada, me mostraba el camino a seguir a través de sus palabras:
Juntarse y ser, entre todos, uno.
(es increíble que salga algo coherente de mentes inconexas; tal vez el aire, el ambiente. Tal vez)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Qué tál? no se si sos el Guido que yo conocí, pero te escribo por si sos. Soy Pablo y trabajé en un taller literario en Llavallol donde había un Guido que escribía (muy bien)si es que sos ese Guido te saludo y te felicito porque creciste mucho en tu arte, si no sos te felicito igual por lo que haces. Hay que escribir para que no nos coman los albatros.Saluda atte Ss. Pablo Videla.fedordoi@hotmail.com