viernes

La indignación de siempre. Perdón, pero no pude evitarlo.

macho, cuando decís "arte Y literatura" (o viceversa) estás siendo redundante. Si no querés usar el metonímico recurso de hablar del todo por la parte o de la parte por el todo, no lo hagas. Pero NO digas Arte Y Literatura como si hablaras de cosas distintas, de agua y aceite (oh, trillada imagen).

Nada, era eso nomás.

Para todos los putitos que se creen que ARTE es nada más que pintar una mina en pelotas (metafóricamente, aclaro por las dudas) mostrando sus gorduras.

PD: si mi blog fuera mínimamente concurrido, soñaría con suscitar alguna que otra opinión disímil a la mía, pero ya ni siquiera es tal mi objetivo. Igual, si quieren opinar, mándelennn... je (claro que es mi objetivo, ¿qué se pensaban?)

jueves

une nuit en solitude; c'est le ennui

Tantos mundos
allá acá
Personas
Cerebros
Palabras, sus bocas abiertas o cerradas:
y un loco gimiendo de loco hastío
tirado en el medio de la vida, vía
la suya, arruya, tiembla;
se va muriendo con él.
Clochard, indigente, viejo.
Personas, cerebros:
anciano sabio, Sócrates vivo.
Personas, palabras; bocas cerradas -por dentro, muertas-
un maldito criminal, sucio y promiscuo.
Palabras, personas, cerebros.

¡Oh, mundo extraño!
Mundos allá, lejos de mí; mundos en mi.
Vayan, lejos, mundos personas.
Boca abierta: ligazón, hiato en sílaba; inmóvil.
¡Véte! ¡Muere! Al menos
conmigo.


Diciembre 2007

sábado

Arte poética

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revele nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Jorge Luis Borges,
en "El hacedor"