martes

La gente que espera el 84


La gente que espera el 84
no tiene demasiados problemas, sólo
algunos
los necesarios, quizás,
podríamos decir;
no usa el tiempo
de la espera para nada que resulte productivo,
no hay entre ellos, tampoco,
empatía. Y es raro.

Algunos escuchan música en los celulares, otros
preparan la tarjeta SUBE mucho antes de lo necesario, son
como paracaidistas que prueban
veinte veces
el mecanismo vital de su mochila
antes de tirarse del avión.

La gente que espera el 84 conoce
minuciosamente
cada pedacito de su parada, el mejor
lugar posible
estadísticamente hablando
donde deben pararse para adquirir
por beneficio de adyacencia simple
el próximo asiento que va a desocuparse.
La mayoría
podría cerrar los ojos y seguir
el recorrido guiándose
únicamente
de los giros a derecha o izquierda, de
la cantidad de semáforos y autos
que se interponen en el camino.
(Unos pocos
verdaderamente juegan
a estar dormidos, o ciegos,
a la triste adrenalina de comprobar
si algún día el azar
los va a bajar
en el lugar equivocado o
distinto).

La gente que espera el 84
muchas veces se toma un respiro, mira
por la ventanilla hacia la nada
como si de verdad creyera
que hay algo más allá del vidrio.
Todos piensan
que la vida ha sido injusta con ellos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

:)

Anónimo dijo...

me encanta :)