sábado

Citadinos pasatistas

1.

Todos los intentos por cargar, dotar,

alimentar

las palabras de

una fuerza tan

-cabal, ingenua, enlatada-

son

al pedo. Vos sabés,

te das cuenta

es idiota no aceptar la propia

indignidad, las impresiones

en la gente qué carajo atenúan

tu sentirte un

flojinepto

que se fuma, de balcón en balcón,

un que otro cigarro.

NOLEQUEDAOTRO

REMEDIOMASQUE

ENDEUDARSE

PARAPALIAR

LOSPROBLEMASQUE

ESAINMENSA

Compostura.

Resistencia.

Los vendepaco del sistema

en las esquinas (repavimentadas

por La Ciudad) se mueren

-¿te imaginás?-

por escribirse poemas en los sobacos

y no tener que bajar del taxi a comprar puchos porque

llueve.


2.

Salí vos

a sacar a la perra.

A mí se me cagan

de risa. Tu caniche

y tu rottweiler no van

conmigo, loca, y el semáforo

me tiene las bolas llenas.


3.

Pero claro ahora vas a ir preso

por comprarte una tortilla

de papa y verdurita en el kiosquito.

Andá pensando

cómo le explicás al juez

que no tenías hambre sino

miedo.


4.

Hay algún goce

en la geometría inútil

de las alcantarillas. Un perpetuo

voyeurismo inconducente de humedades

impregnando los afiches callejeros, que

burlan raudamente los graffitis.

Libertad de decir,

autonomía de hacer.

No es lo mismo creerte ahora

un revolucionario. Ya no es

original la originalidad.

Yo digo que la gente, a lo lejos,

no se moja con la lluvia,

no era cierto

eso de los estímulos, lo de

la sobreabundancia

de estímulos, no era cierto.

Quizás falten

maquinitas de café en las casas

de algunos viejos

escribidores de lo viejo.

Una puerta que se cierra es lo mismo

en el bullicio, en el

quilombo que te saca la basura

o en la penumbra de un relincho

mineral, acicalado. Porque después

de un tiempo lo que importa

no es la puerta; es

la hojita, muy turra, que sodomiza

a esa cloaca

impunemente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

che, antes te firmé y no guardó mi comentario. Había puesto que lo de la alcantarilla se lo robaste a Pizarnik. Me encantan :)
ton petit amour