miércoles

Curiosidades académicas #2: un entremés inevitable

¿Qué es esto de sentarse a escribir sobre chomskys y demás mentiras o verdades calamitosas de la vida de los pobres e imberbes, berbes, radicalmente indómitos o indomables guanacos de la vida: los hombres? Tener una máquina de escribir-bullshit frente a vos (sí, frente a vos) y borbotear idiosincracias y voluptuosidades a un cuarto de libra de queso bien marchito, tanto o más que estas palabras que de a poco van poblando lahoja/lapantalla y borbotean todavía más que las idiosincracias tan carentes de alma, y de dinero, y de algo más que no sea sí mismas -retóricas pleñideras del futuro-. ¿Una máquina de escribir, digo? Sí, de intentar escribir, de someterse a la maquinaria también indómita pero domesticable (o un qué sé yo de nostalgias y de indignidades, o por ahí de jocosas perturbaciones de domingo panzarriba, o crepúsculos modernistas engarzados en la negrura del bronx que no conozco o en la impertinencia de un paso bajo nivel que está por temperley, o hasta te diría que un asomo de milanesa con fritas; lo que quieras, pero ¿domesticable?) de esta expresión marchita aún cuando el queso sea esa asquerosidad de roquefort, esa loada podredumbre (loada como tantas otras), esos hongos que la gente come y come y los pequeños o gordos gourmets alaban con aquello que el mismo chomsky no dudaría en llamar "adecuación" -explicativa o no, importa poco-. Como si realmente importaran estas líneas no escritas, sino vomitadas, escu(l)pidas lapidariamente sobre la puta hoja/pantalla, que no puede más que someterse y darse por venerable vencida -aún vencida-, pobre, y se habla de doloresfuertesenlavidaquéséyo, che, césar. Qué sé yo. Darte cuenta de manera inesperada de que sos lo más parecido a un tango que viste en tu vida, pero que ni siquiera sabés bailar la milonga, y ni se te ocurra un poco de oreja a gardel o a troilo, y te hace tirititar de bronca la respiración fétida de los bandoneones caminando más por las orillas arcaicas del sena que por las mentes diurnas que habitan -idiosincracia- alguna casucha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mirá, pensá que si no hubiésemos tenido que dar el final de lingüística, no nos hubiésemos conocido...
Se te pasó la bronca con el pobre Noam?
Un beso,
vicky