jueves

De este lado del teléfono

No, gorda, la verdad es que no hay derecho. Fijate si a vos te parece que esto que me pasó puede pasarle a cualquiera. ¡Debo ser yo, que estoy meado! Ahora te cuento, ahora te cuento. Bancá. Sí, te digo que fue a la mañana. A la mañana, sí. Y, no sé, alrededor de las nueve y med... Sí. Bueno, ¿te cuento o ya fue? Boe, sí, ya sé que siempre vengo con algo distinto. Pero te juro que esto es una locura, te morís. Posta. No, fideos con brócoli comimos el jueves, gorda. Y, no sé, ¿unas milanesas? No es muy nacionalista, pero bueh. De pollo, sí. ¡Bueno, si no tenés entonces de carne! Y, pero, gorda, ¡vos me preguntaste! No, no salgas a comprar. Escuchame, te estaba contando... Ah, pará, antes, ¿sabés cómo va el partido? El de Argentina. ¡¿Cómo que no?! ¡Poné la tele, dale! Bueh, está bien. Y, ya vas a ver por qué me pongo así... Bueno, volvía de relevar unos terrenos, ¿viste? Ahí, allá por Campana, con los muchachos. Sí, por donde paramos cuando vamos a Uruguay. ¡¿Quién?! Ah, sí, Tati; pero Tati vive en Gualeguaychú, no en Campana. Y, que Gualeguaychú queda en Entre Ríos. No, Campana no. Bah, ahora me hacés dudar... ¡Bueno! Cuando llego a casa lo googleamos, ya fue. Fijate si a alguna de las milanesas le podés poner quesito. Ah, bueno, compro ahora de pasada cuando baje del bondi. Por Lanús todavía. Y, más o menos a la hora a la que llego siempre... Pero, ¿me dejás que te cuente? Bueno, bueno. Dale, no te enojes, ¡es que quedé re flasheado y te quería contar! Cuestión que estaba ahí relevando unos terrenos, ¿viste? ¡Sí, tremendo! ¡Me re cagué de frío! Y aparece... Sí, los guantes. Arriba de la mesita, sí, como un boludo. Pero bueh. Y aparece un tipo. Bah, veo por el zoom del aparato, ¿viste? una forma medio rara. A todo esto, imaginate que eran las nueve de la mañana, en pleno descampado con una escarcha que te morís y, además, el solcito empezaba a pegar, así que se estaba levantando un humito medio místico que parecía una de Batman. No, pero de las viejas; bah, las de Tim Burton te digo. Sí, esas. ¿Medio desagradables? O sea, bizarras o un toque grotescas puede ser. Pero desagradables ni ahí, gorda, cualquiera. No, no vamos a discutir esto de nuevo, ya sabés. No, las nuevas no tienen aura, les falta algo. ¿El qué? Ah, el Guasón decí, no digas “el Joker”. Bueno, tenés razón. Sí, actúa bien. Bueh, el tipo este, bah, la forma que veo está re borrosa con todo eso. Pero estaba parado ahí, en el medio de la nada, y no sé por qué pero pensé que algo le pasaba. Sí, ya sé que era obvio. Bueno, no es el tema, la cuestión... No, per... Sí, te dije que ya sé. Era solamente para ponerle más misterio... Bueh, está bien. Te cierro la idea y después te cuento bien en casa. Me acerqué al tipo y no sabés: tenía unas ojeras verdes que le cubrían los cachetes enteros. No, se notaba que no era maquillaje y tampoco era otra cosa, eran ojeras. Me miró medio como asustado, porque se ve que no me había visto venir, y me dijo... escuchá, porque es re loco. Me dijo: “estoy sin dormir desde el Mundial pasado, cuando Alemania nos recagó a goles. Ya rompí como tres veces el guinness de la persona que más tiempo estuvo despierta en el mundo”. ¡Te juro, gorda! ¡No, en serio! ¿Para qué te voy a mentir? No, ya sé, pero ahora con esto te juro que no. ¡Porque no! Le saqué una foto, vas a ver, ahí te la mando. Bueh, sí, cuando terminemos de hablar te la mando. La cosa es que me siguió hablando: “espero que ahora ganemos”, me dijo, “así puedo dormir un toque”. Y se fue, desapareció, te lo juro por Dios. Bueno, por mi vieja. Y nada, eso. ¿Cómo? Ah, no sé, me quedé medio mal, fue raro. A la tarde después me quise dormir un ratito cuando volvíamos en la combi con los muchachos y no pude... después fui al baño y me vi con unas ojeras tremendas. Y, que... ya sé que suena muy boludo, ¡pero mirá si el tipo me pasó el gualicho! No sé, no sé. ¿Vos decís? Pero la fot... Bueno, ya la vas a ver y ahí vemos. Dale, ya estoy por bajar. Por las dudas, ¿no te fijás cómo va el partido?