sábado

utilidades

soy útil para la casa
para lavar los platos, preparar
comidas que sorprendan a más de uno.
soy útil para escribir estos versitos,
para cortarlos como si fueran
carne.
soy útil para mirar, dejarme
encantar por las atrocidades del mundo,
por la belleza que explota en todas partes.
soy útil para hablar
en mucho idiomas, sin decir
nunca
en el fondo
lo que querría decir.
soy útil, sí, soy útil
si se trata de embarcarse
en proyectos utopías intentos de permanecer
alguito, aunque sea, en la memoria colectiva
maquillados de altruismo y bonhomía.
por partes, si me toman, también soy útil
pueden usarse
mis brazos para labrar tierras, alimentar
zombies relimados afectados de influenza,
mis piernas
para confeccionar barreras de metegol al aire libre
mis ojos mis uñas mis dedos gordos mis pulmones
siempre útiles, desbordan
los desarmaderos humanos que desmienten
a la Gestalt, a los románticos de vidas uniformes.
asimilando las desgracias, soy útil, también,
las fatídicas, fascistas
convenciones sociales que me prestan
una imagen aceptable, un qué buen chico, un apretón
de manos que camufla o caretea (elijan
la que más les gusta o cabe, e ídem)
el trasfondo: la corteza de mí mismo.
soy útil
soy muy útil
para ir caminando, mirar pa'rriba,
extrañarme alucinado con la noche y creer
en convicciones que no tengo.

en cambio,
no soy útil para decirte
que todo va a estar bien,
que vas a salir;
no soy útil para mirarte
a los ojos y creerte
otra vez,
sabiendo que la mentira más terrible
es la que atraviesa al mentidor,
lo precede, lo estaquea
a traición y sin que quede
nada para hacer.