para
lavar los platos, preparar
comidas
que sorprendan a más de uno.
soy
útil para escribir estos versitos,
para
cortarlos como si fueran
carne.
soy
útil para mirar, dejarme
encantar
por las atrocidades del mundo,
por
la belleza que explota en todas partes.
soy
útil para hablar
en
mucho idiomas, sin decir
nunca
en
el fondo
lo
que querría decir.
soy
útil, sí, soy útil
si
se trata de embarcarse
en
proyectos utopías intentos de permanecer
alguito,
aunque sea, en la memoria colectiva
maquillados
de altruismo y bonhomía.
por
partes, si me toman, también soy útil
pueden
usarse
mis
brazos para labrar tierras, alimentar
zombies
relimados afectados de influenza,
mis
piernas
para
confeccionar barreras de metegol al aire libre
mis
ojos mis uñas mis dedos gordos mis pulmones
siempre
útiles, desbordan
los
desarmaderos humanos que desmienten
a
la Gestalt, a los románticos de vidas uniformes.
asimilando
las desgracias, soy útil, también,
las
fatídicas, fascistas
convenciones
sociales que me prestan
una
imagen aceptable, un qué buen chico, un apretón
de
manos que camufla o caretea (elijan
la
que más les gusta o cabe, e ídem)
el
trasfondo: la corteza de mí mismo.
soy
útil
soy
muy útil
para
ir caminando, mirar pa'rriba,
extrañarme
alucinado con la noche y creer
en
convicciones que no tengo.
en
cambio,
no
soy útil para decirte
que
todo va a estar bien,
que
vas a salir;
no
soy útil para mirarte
a
los ojos y creerte
otra
vez,
sabiendo
que la mentira más terrible
es
la que atraviesa al mentidor,
lo
precede, lo estaquea
a
traición y sin que quede
nada
para hacer.